Actualmente, se analizan especialmente los suelos ornitogenéticos en las zonas polares, ya que la nidificación de las grandes colonias de aves marinas, como los pingüinos y cormoranes, abundan especialmente en los ambientes fríos que rodean ambos polos.
En la naturaleza, la ornitogénesis, da lugar a suelos idiosincrásicos, o al menos modifica drásticamente la de los preexistentes antes de la acción de las aves. Lo mismo ocurre con la estructura de la cubierta vegetal que crece sobre ellos.
Los excrementos animales son enormemente importantes a la hora de generar suelos fértiles.
Desde un punto de vista ecológico (ciclos biogeoquímicos) el caso de los suelos ornitonegéticos resulta un tanto singular debido a que, extraen nutrientes del mar para devolverlos en forma de materiales de gran fertilidad en los ecosistemas terrestres, y no al revés, como suele ser usual.
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